La Morada de los Sueños: SOÑAR

viernes, 18 de marzo de 2011

SOÑAR

Yo no sueño por soñar

sueño porque es en el único lugar

donde te puedo encontrar

2 comentarios:

Vibiana Zambrano dijo...: mi almita gemela, he venido a regocijarme en el jardín de tus sueños, a suspirar contigo todos esos sentimientos que dejas plasmado para toda una eternidad, te adoro mi bella Mónica.
viby; 21 de marzo de 2011, 0:50
Luz_ de_Luna dijo...: Mi almita gemela, gracias por ese cariño qeu siempre recibo en cada palabra que me regalas, te quiero mucho amiga
Besitos de luz; 31 de marzo de 2011, 20:38

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Gracias

VERSOS DISPERSOS

Aquel verso de allí y el siguiente son para ti si no los quieres separar la estrofa te puedes llevar. En aquel otro hay una flor que para ser perfecta le falta tu olor. En este de acá hay una caricia olvidada de dar por tú no estar. El que esta en el medio que no hace rima por que es distinto mañana lo pinto. En el último que dice adiós que se despide no es para ti. Y en los que quedan que parecen de relleno se esconden las palabras que en mi alma tú labras. Gracias amigo Galáctico

ROSA DE OTOÑO

Hojas de otoño vestidas de ese precioso milagro que siempre todo ilumina con su bendita existencia, llena de sueños estás, hoy mis versos te consagro, plasmándolos con mi amor quiero llenar cada ausencia. Amiga de cada día que acompañaste mi llanto, no alcanzan hoy las palabras para expresar lo que siento; ni las rosas te dirán que te quiero tanto, tanto, que doy Gracias cada instante porque has sido mi sustento. Confidente de mis sueños, amalgama fiel, constante, quiero ungir con mi cariño, abrazarte en la tristeza, festejar tus alegrías, no faltar ningún instante, que sepas que aquí estaré si te falta fortaleza. Estas rosas son los besos que desde siempre te brindo, rogando que tu ternura jamás deje de alumbrarme porque tú eres en mi vida, ese cariño tan lindo que Dios me regaló un día para nunca abandonarme Gracias Analía

UNA ROSA BLANCA ( Para Monica )

QUIEN

Quien habrìa de imaginar, el desatino en que la vida nos coloca sin que medie, ni importe el llanto, pues asi ha sido nuestro camino. aùn cuando nada lo provoca, asi se nos ha dado... tu lejana y yo queriendote tanto. Nada hay que lo impida, eso lo se, nuestras vidas se hallan juntas, una inmensidad hay en medio ( de dos almas...) tal vez la distancia las separan pero se hallan unidas por el cielo. Dos estrellas en el infinito fincaron su sentencia un dia y desde entonces como aves en su eterno nido con dios reunidas aguardan su destino.

RECUERDOS

Recórreme de norte a sur, navega desde el poniente los soles de tus desvelos Se el alpinista de mis montes Perdiéndote en mí centro El punto exacto Entre mi cuerpo y tu deseo Soy caminante en tus latitudes, estación de primavera, en el otoño de ardientes veranos. Navegante de humedades donde mi barco sumerge sus deseos en la dimensión exacta de tu vértice de fuego Al mismo tiempo escalo las laderas del viento, hasta sujetarme en las enhiestas bellezas de tu cuerpo donde anidan unidos, en plenitud… Tu deseo y el mío.

Aquí estoy, conoceme

Quiero, sin que lo sepas, en tu mañana recoger el suspiro primero de tu despertar, y desperezar el beso antes que llegue a tu ventana. Saber de tus ojos cuando dicen el rezo que emerge por las hendiduras de tu alma ferviente, inmaculado y dulce como el beso. Volver a tu almohada, tintero de los sueños, y bosquejar la silueta antes que quede llano el nocturnal paraje donde se acomoda el deseo. Cuantas veces hemos caminado de la mano en medio de los versos que nacieron intermitentes entre la belleza de lo sublime y lo profano. Déjame dibujar tu ojos entre los rayos esplendentes, en el rumor de la lluvia dejarte mi silencio y, un rosario de besos, tatuados en tu frente. Hoy amor, como si fuera el sagrado vientre donde descansa el señorío de lo humano aguarda la idea y la forma, como simiente, para atravesar la vida, si fuera preciso entre la sombras como punto de partida o en el vértice de luz y de quimeras... pero contigo.

Inesterado amor

Cómo envejece el dolor que el amor engendra, por mucho esfuerzo para que todo cambie, el dolor no se agota, parece que todo duele, sin doler nada. Crees que ha caducado la vida de tanto dolor acumulado, que nada tiene sentido sin ese amor que poco a poco se fue acoplando, y al desprenderse ha causado una herida que aunque existas y el corazón siga golpeando, es como si todo terminara, como si el alma te hubiera abandonado. Pero abramos una puerta a la esperanza, que el amor sea siempre vida y nunca aflicción. Inés María Díaz

Cuando la noche se crece

Quiero con las luces blancas de Don Joaquín Sorolla y Bastida con todas las cañas y el barro que Don Vicente Blasco Ibañez amasó edificar un poema sin sombras, un poema de adobe, un poema de playas cubiertas de flores, de fuegos, de levantes fieros que se izan en alta mar. Y aun siendo poeta sin nombre, nacida en un barrio de arenas junto a una mar preñada de olas, algas y brisas, espumas y redes quiero recitaros en verso el alma marina, el aroma de sal la tarde encendida de la pálida bruma, el lecho de orillas con lenguas de oro y de plata. La roja esfera del plenilunio, la blanca estela de las barcas, el amanecer de naranjas, el fulgurante perfil de las estrellas, las caracolas fugaces en los omnipresentes azules del cielo, el viento enredado de lunas y el horizonte dormido en su cuna cuando la noche se crece. Rosa Iglesias

Consenso de tu boca en mi piel

Hay un grado evolutivo en el plano del consenso y aún humano superior yo soy adepta a esa luna que conduce cuando tu boca en jerarquía seduce mi piel. ¿Y que hago amor, si mi cuerpo es causal donde resides? De esos tus labios donde maduraste todas mis semillas, discípula me hice de raros misticismos y se exalto mi alma en perfectos anhelos. Fuego tu boca que hace girar mil planetas tierra tu pecho donde me refugio cada noche aire tus manos que recogen las horas invisibles agua tu esencia donde se purifica mi espíritu. Rossana Arellano

Inmensamente Dueña

Yo que quisiera ser la dueña de tus sueños y realidades, de ese sol encumbrado del horizonte sembrado de los respiros, de las ansias y delirios. ¡Ay de mi pasión enceguecida! De esta boca que acuna la locura al paladear tu piel de hombre prohibida de pronunciar tu nombre... ¿Por qué el alma se entrega sin cordura, hambrienta ante el hechizo de su aliento, gimiendo... ¡Amor! ¡Amor! en aumento? Y es que morir ante su fuerza...Cautiva, aquieta la ávidez de mi sentimiento para seguir volando sobre su viento. Enlazada con el poder de los arcanos, soy como me ves, un débil humano. Que sucumbe cuando abre los broches de la ternura y la ansiedad sin derroche, al compañero de mi vida, de las más maravillosas noches. Maricruz Diaz

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