Ya nadie le escucha
Se han apagado los soles
que alimentan las almas
en las mañanas
Cuenta la historia
Que una noche de verano
Aferrada a su imagen
durmió su cuerpo
en la soledad de su alcoba
bajo el llanto enternecido del recuerdo
Callaron así, los ladridos de la muerte,
el ritmo armonioso de su corazón
…Justo…
Cuando la luna iluminaba su rostro,
con el ultimo suspiro,
pronuncio su nombre
y cerró sus ojos
2 comentarios:
Hola, asi es la partida, con el último suspiro.
El que sa va, descansa y el que se queda tiene que seguir hasta que le llamen, para ir al lugar que le corresponda.
Un abrazo.
Ambar.
como siempre, otra hermosa poesia...
me llego al corazon...
me hizo acordar a mi abuelo materno cuando fallecio que en el ultimo instante nombro a mi abuela...
un abrazo enorme!
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