Hemos de caminar por el mundo, sin secretos,
aun cuando la distancia, divida con recelo
el amplio universo de soledades incierto,
nuestros versos serán los caminos del cielo.
Habremos de partir el mundo si es preciso,
y en medio, en su interna cárcel de fuego
el arroyo que divide nuestros cuerpos
apagará la incipiente llama que deja el olvido.
Y en dos mitades convertidos, tú y yo
cielo y tierra, al centro de la cotidiana espera
muriendo el día, respirando noches, juntos
aspiraremos amaneceres entre versos y quimeras.
El color de las auroras en brillante poderío,
asemejan tu ojos, de ternura de paloma,
y condiciones de trovero - consuelo del alma -
dos luceros vagabundos en poemas convertidos.
Seremos dos mitades del día, como ideas en exilio,
como estrellas que se juntan en un tiempo,
como el sol, que se esconde entre tus sombras
en los ciclos del silencio y los delirios.
Y ya convertidos en aliados de la madrugada
como soldados de estrellas y aventuras
dejaremos en la cornisa de mi ventana
dos mitades de historia,
sostenidas por la alborada,
como corolario de amor y de ternuras.
aun cuando la distancia, divida con recelo
el amplio universo de soledades incierto,
nuestros versos serán los caminos del cielo.
Habremos de partir el mundo si es preciso,
y en medio, en su interna cárcel de fuego
el arroyo que divide nuestros cuerpos
apagará la incipiente llama que deja el olvido.
Y en dos mitades convertidos, tú y yo
cielo y tierra, al centro de la cotidiana espera
muriendo el día, respirando noches, juntos
aspiraremos amaneceres entre versos y quimeras.
El color de las auroras en brillante poderío,
asemejan tu ojos, de ternura de paloma,
y condiciones de trovero - consuelo del alma -
dos luceros vagabundos en poemas convertidos.
Seremos dos mitades del día, como ideas en exilio,
como estrellas que se juntan en un tiempo,
como el sol, que se esconde entre tus sombras
en los ciclos del silencio y los delirios.
Y ya convertidos en aliados de la madrugada
como soldados de estrellas y aventuras
dejaremos en la cornisa de mi ventana
dos mitades de historia,
sostenidas por la alborada,
como corolario de amor y de ternuras.
2 comentarios:
Hola Luz de Luna.
Precioso poema, me ha encantado lo profundo du tus letras, dos mitades que se unen, pero siguen siendo mitades.
Un abrazo.
Ambar.
Ambar, amiga, este poema no es mío, es de un amigo que me lo escribio a mí, pero es asi como dices, sus letras son hermosas y profundas, Dios quiera que jamás deje de escribir , bendiciones, feliz domingo, besitos de luz
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